Significado Detrás la Parábola del Salvador
de Lázaro y el Hombre Rico

 

 

De todo lo que dice la Biblia sobre el estado de los muertos, quizás nada es más citado que la parábola del Salvador sobre Lázaro y el hombre rico, en Lucas 16.  Este relato se utiliza para apoyar la creencia de que los muertos van inmediatamente al cielo o al siempre ardiente fuego del infierno.
      Muchos creen que esta parábola debe ser tomada literalmente en todo sentido porque se utiliza el nombre de una persona Bíblica de la vida real, Lázaro.
      De cualquier modo, frecuentemente, las enseñanzas del Mesías eran expresadas en alegorías y usualmente contenían una verdad espiritual más profunda.  En realidad, la técnica elegida por nuestro Salvador cuando enseñaba era a través de analogías y parábolas. Tal es el caso aquí.
      Siendo que Yahshua empleó un cuento en Lucas 16, nosotros debemos tener cuidado de no tomar un enfoque literal para no perder la intención original. Dese cuenta de que esto es una parábola, usada bíblicamente para impartir verdades más profundas, como lo hacen todas las parábolas.
      La verdad de lo que dijo el Salvador es pasada por alto por muchos, y la intención entera de Su enseñanza en esta parábola a sido mal entendida a través de los siglos.  El pensar que Yahshua el Mesías estaba apoyando la noción de ir al infierno al morir equivale a contradecir una multitud de otras escrituras. Ninguna interpretación es exacta si contradice otros pasajes.

Un Mensaje a Ciertos Judíos

      Central a la parábola es la enseñanza de Yahshua sobre el mayordomo injusto, la cual comienza en Lucas 16.  Él concluye en el verso 13 con esto: “Ningún siervo puede servir a dos amos; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro.  No podéis servir a Elohim y a mammon” (Lucas 16:13).
      Cuando ellos escucharon esto, una clase elite de Judíos conocidos como los Fariseos, quienes amaban especialmente el dinero, se burlaron de Él en el verso 14.  Entonces nuestro Salvador dirigió Su vista directamente a los Fariseos. Sus comentarios son un insulto para estos hombres que encontraron Sus enseñanzas despreciables.
      La mejor manera de entender la parábola es analizarla verso por verso: “Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez” (Lucas 16:19).  Aquí encontramos a un hombre que está acostumbrado a lo mejor en la vida.  Su ropa revela que él es cualquier cosa menos pobre.  Su “púrpura y lino fino” significa que él es de la clase real, gobernante.  Él consume la mejor comida y disfruta lo mejor de todo.
      Usando al hombre rico como una metáfora, Yahshua está hablando de la nación Judía en Sus días.  Esto es evidente por lo que parece ser una inapropiada referencia al adulterio en el verso 18: “Todo el que repudia a su mujer, y se case con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada del marido, adultera.” (Lucas 16:18).
      La razón para esta referencia era que los Judíos debían de haber reconocido que Él era el Mesías.  Ellos y el resto de Israel estaban casados con Él en el Antiguo Testamento y, juntos con otros, serían la esposa en el Reino venidero. (Solicite nuestro folleto, ¿El Salvador Pre-existió?)
      Pero estos Judíos y sus antepasados no le fueron fieles a Yahweh y a Su adoración.  Ellos habían rechazado al Mesías y a través de sus propias tradiciones y costumbres cometieron adulterio espiritual.
      Para el tiempo de Yahshua las 10 tribus, que habían sido llevadas cautivas, estaban dispersas sobre la tierra.  La tribu de Judah era favorecida, y era de la nación de Judah y su linaje real que habrían de venir reyes, incluyendo a Yahshua el verdadero Rey, Génesis 49: 8-12.
      Pablo el Apóstol nos dice que Yahweh le dio favor especial a Judah: “¿Que ventaja tiene, pues, el Judío? ¿De que aprovecha la circuncisión?  Mucho, en todas maneras.  Primero, ciertamente, que les han sido confiados los oráculos de Elohim (Romanos 3: 1-2).  A los Judíos se les confió preservar el Antiguo Testamento. 
    Entre los Judíos, los Fariseos tenían la ventaja.  Siendo de las clases media y alta, ellos vivian cómodamente. Su comida era amplia y la mejor.
      Ahora en el verso 20 Yahshua va al corazón de la alegoría.
      “Había también un mendigo llamado Lázaro que estaba echado a la puerta de aquel, lleno de llagas, y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas.”  (Lucas 16: 20-21).
      La diferencia entre los dos hombres es notable.  Uno vive suntuosamente y disfruta de todas las comodidades humanas como también prestigio; el otro está en vil pobreza, está enfermo, y está ansioso por participar en el más exiguo residuo de sustento de la mesa del hombre rico.  Verdaderamente ellos están en extremos opuestos del espectro social.  Las migajas pueden referirse a la verdad espiritual.
      Este pobre humilde nunca es invitado al banquete.  En Romanos 11:9-10 Pablo usó el símbolo de la mesa para demostrar que los Fariseos creían que su prosperidad era una señal de las bendiciones de Yahweh.  Por su actitud, su prosperidad llegó a ser una maldición.
     
Lázaro, el Siervo Adoptado
    
      El nombre Lázaro es una forma talmúdica helenizada de Eliezer, significando “El ha ayudado.”
      Para una indicación de quien puede ser o representar este pobre Lázaro, podemos ir a Génesis 15: 2-3: “Y respondió Abram: Elohim Yahweh, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer?  Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa.”
      Aunque no de la progenie de Abraham, Eliezer (Lázaro) todavía es un siervo de confianza en la casa de Abraham.  En realidad, Abraham dice que su herencia irá hacia Eliezer.  Pero en el capitulo 17 Yahweh promete darle a Abraham y a Sara un hijo que recibirá la herencia.
      De nuevo encontramos a Eliezer en el capitulo 24, donde Abraham esta dándole instrucciones a su fiel siervo sobre cómo él podía encontrar una presunta esposa para Isaac.  Él le dice a Eliezer que no vaya a los cananeos sino que vuelva a la tierra de Abraham para buscar una mujer.  Este Eliezer obedientemente hace eso.  Finalmente Isaac recibe la herencia (Gen. 25:5)
      En Lucas 16:21 aprendemos que los perros lamían las llagas de Lázaro.  Para algunos Judíos, los perros significaban gentiles, Mateo 15:22-26.  Así que aprendemos que Lázaro no está en mejores condiciones que otros “perros” gentiles.

El Seno de Abraham No es en el Cielo

      Continuemos el relato.
      “Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham” (v.22 ).  Muchos predicadores nos dicen que (esto significa que el mendigo fue llevado al cielo.  Hablando de la muerte, de cualquier modo, los Fariseos en su idioma común solían decir que uno se sienta en una posición favorable conocida como “el seno de Abraham”  (véase Lightfoot’s Commentary)
      Si Abraham está en el cielo, eso debería ser fácil de demostrar.  Su “obituario está en Génesis 25: 7-9: “Y estos fueron los días que vivió Abraham: ciento setenta y cinco años.  Y exhaló el espíritu, y murió Abraham en buena vejez, anciano y lleno de años, y fue unido a su pueblo.  Y lo sepultaron Isaac e Ismael sus hijos en la cueva de Macpela, en la heredad de Efrón hijo de Zohar heteo, que esta en frente de Mamré.”
      Abraham fue sepultado y “unido a su pueblo”.  Si Lázaro está “en el Seno de Abraham” entonces él, también, está sepultado en la cueva de Macpela en la heredad de Efrón.  El no está ahora arriba en el cielo.
      El obituario de Abraham coincide con la profecía de la muerte de Abraham en Génesis 15:15: “Y tu vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez.”  En su muerte Abraham se reunió con sus antepasados quienes lo precedieron en su propio fallecimiento, y todos están en la tumba esperando la resurrección.
      Muchos asumen que Abraham está en el cielo con sus antepasados.  Pero el libro de Josué nos dice que los antepasados de Abraham eran adoradores de ídolos.  ¿Serian ellos recompensado en el cielo?  No de acuerdo a Efesios 5:5, que dice que ningún idólatra tiene herencia en el Reino.  Note:  “Y dijo Josué a todo el pueblo: Así dice Yahweh, Elohim de Israel: Vuestros padres habitaron antiguamente al otro lado del río, esto es, Taré, padre de Abraham y de Nacor; y servían a dioses extraños.”  (Josué 24:2).

Ambos Simplemente Murieron

      Si los padres de Abraham estaban en el siempre ardiente infierno, al cual muchos creen que van los malvados, entonces Abraham está con ellos como también Lázaro. ¿Cómo entonces nosotros explicamos esta parábola?  Es muy simple.  El significado idiomático de ser “unido a su pueblo” o “unido a sus padres” simplemente muestra que el se unió al rango de los muertos.  Abraham (como también Lázaro) estaba muerto y sepultado, como lo estaban los padres de Abraham.  Él no está en el cielo, o sufriendo en interminable agonía en el fuego del infierno, él está sepultado en la tierra esperando la resurrección de la sepultura.
      Yahshua claramente dijo que ningún hombre ha subido al cielo, Juan 3:13, ni siquiera el Rey David, Hechos 2:34.  Todos los muertos del presente y del pasado están esperando la resurrección al regreso de Yahshua: “Porque si creemos que Yahshua murió y resucito, así también traerá Elohim con Yahshua a los que durmieron (murieron) en Él … Porque el Salvador mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Elohim descenderá del cielo; y los muertos en el Mesías resucitaran primero” (1 Tesa. 4:14, 16).
      Continuamos en Lucas 16:22:
      “Y murió también el rico, y fue sepultado.”  El mendigo y el hombre rico murieron ambos y fueron puestos en el sepulcro par esperar la resurrección.  La muerte viene tanto para ricos como para pobres, como también para los animales, Salmos 49:14.
      Otra escritura pone en claro que Abraham murió.  “Entonces los Judíos le dijeron: Ahora conocemos que tienes demonio.  Abraham murió, y los profetas; y tu dices:  El que guarda mi palabra, nunca sufrirá muerte. ¿Eres tú acaso mayor que nuestro padre Abraham, el cual murió? ¡Y los profetas murieron!  ¿Quién te haces a ti mismo?”  (Juan 8:52-53).
     Si en realidad Abraham hubiese estado en el cielo, esta era la perfecta oportunidad para aclarar el asunto explicando que su alma estaba viva y viviendo eternamente.  Pero el silencio de Yahshua era testimonio de la verdad de que Abraham todavía estaba muerto en el sepulcro.
     
¿El Hombre Rico Se Estaba Asando?

      En Lucas 16; 23 está la resurrección del hombre rico (en la Segunda Venida de Yahshua, 1 Tesa. 4:15-17).
      “Y en el sepulcro alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.”  En este pasaje “sepulcro” es significado  de la palabra griega hades, comúnmente traducida infierno en el Nuevo Testamento.
      El Salvador dijo en verso 22 que Lázaro fue llevado por ángeles al seno de Abraham.  Esta es la misma expresión que Yahshua usó en Mateo 24:31, cuando Él dijo que enviaría a Sus ángeles a reunir a los elegidos en la primera resurrección poco antes de que el Reino de Yahweh sea establecido en la tierra.  Lázaro había sido contado digno de esa primera resurrección mencionada en Apocalipsis 20:6.
      De acuerdo a la profecía de Yahshua en Lucas 13:28, muchos van a sufrir cuando ellos sean excluidos del paraíso.  “Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas  en el reino de Elohim, y vosotros estéis excluidos.”
      Obviamente el hombre rico no fue estimado digno de levantarse en la primera resurrección y ser un heredero del Reino de Yahweh.
      Estar en el seno de Abraham tiene el sentido de estar en una relación cercana con alguien en una posición preferible.  En Gálatas Pablo nos dice, “Sabed, por tanto, que los que son de la fe, estos son hijos de Abraham.  Y la Escritura, previendo que Elohim había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la Buena Nueva a Abraham diciendo: En ti serán benditas todas las naciones.”  (Gal. 3:7-9).
      Pablo aclara el significado de la promesa dada a Abraham y a aquellos que viven por la misma fe que mostró Abraham.
      El mendigo era uno de los fieles que está en la primera resurrección.  Mil años después, cuando el hombre rico sea traído de nueva a la vida en la segunda resurrección, él ahora ve a Lázaro en una posición favorable —en el Reino con Abraham.
      El verso 23 dice que el hombre rico estaba en “tormento”.  La palabra es del Griego basanos.  Ésta tiene el significado de prueba, inquisición, y juicio.  Figurativamente ella significa tormento mental.  Esto Pablo lo explica en 1 Corintios 3:12-15, donde el juicio es comparado al fuego en el cual las obras son puestas a prueba para ver si sobreviven el juicio.
      Otro significado de tormento es indicado en la Concordancia Exhaustiva de Strong, Diccionario Griego, Numero 931, basanos, de 939 basis, con la connotación de base y por implicación, de pie.
      Dándose cuenta de que él no ha alcanzado la primera resurrección con las promesas dadas a los fieles, el hombre rico está ansioso y tenso.  Él esta acostado humildemente en el fondo de la tumba.  El paladar de su boca y lengua se seca.  En verso 24 él pide que Lázaro sea enviado a mojar la punta de su dedo en agua para que refresque su lengua.
     ¡Si esto hubiera sido la llama destructora del fuego de Gehena, ¡el hombre rico habría pedido un océano de agua!  Pero él sólo busca remediar la ansiedad de su seca boca resultado de la percatación de que había sido excluido de la primera resurrección de los santos.
      Entonces en verso 25 Abraham le recuerda al hombre rico, “Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado [probado afligido —griego odunaomai].  Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no puedan, ni de allá pasar acá.
      La “gran sima” es un tipo del Valle del Río Jordán.  Aquellos Israelitas que lo cruzaron estaban en la Tierra Prometida.
      Abraham y los santos resucitados son representados en una posición favorecida habiendo heredado el Reino.  Careciendo del vestido de boda de Mateo 22, el hombre rico es excluido.  Yahshua ordena que sea atado de pies y manos, y echado “en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.”  La clase de riqueza que Yahshua busca es “oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte,” Apocalipsis 3:18.
      En los versos 27-28 el hombre rico le ruega a Abraham que envíe a Lázaro a la casa de su padre para que les testifique a sus cinco hermanos, para que no terminen como él.  Un fuerte caso para mostrar que el hombre rico representa a Judah está en Génesis 29, donde leemos sobre las 12 tribus de Israel.
      Génesis 35:23 enlista a los cinco hermanos de Judah nacidos de su madre Lea.  Todos ellos representan gente que tienen verdades Bíblicas.  La parábola de Lázaro y el hombre rico es en realidad sobre Judah y sus cinco hermanos  quienes han descuidado también la apropiada adoración de Yahweh y quienes caen en la misma condena.
      Note la respuesta de Abraham: “A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos.”  Abraham efectivamente le dice al hombre rico que hoy nosotros tenemos la Escritura, la ley del Antiguo Testamento y podemos arrepentirnos.  El hombre rico objeta, “No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán.”  Judah está seguro de que sus hermanos escucharán sólo si uno se levantara de entre los muertos y fuera a ellos con el mensaje de salvación.  Note la respuesta de Abraham, verso 31: “Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.”
      Claramente de Abraham en la parábola vemos que aunque Yahshua se levantara de entre los muertos como una prueba y un testimonio, aquellos que tienen la Biblia no llegarán al conocimiento salvífico del Mesías porque están muy empecinados y ciegos por sus tradiciones.  Ellos están muy absortos en su púrpura y lino fino artificial.
      Esto es una condena de aquellos que tienen todas las ventajas de hoy.  La mayoría de aquellos que tienen traducciones de la Biblia, diccionarios, léxicos, concordancias, y comentarios —todas las ayudas de estudios— han descuidado el llegar a un entendimiento de la rectitud de Yahweh.  Es una cosa de “siempre están aprendiendo y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad,” 2 Timoteo 3:7.
      El hombre rico se da cuenta de que él no había hecho lo que sabía que era lo correcto hacer.  Él disfrutó de la buena vida y sinceramente no buscó el sendero angosto de Yahweh.  Se fue por el camino ancho, como demasiados hoy, de CENAR EN LA PALABRA sin APLICARSE NADA A SÍ MISMO.  Ni proclamó la Palabra a otros quienes podían beneficiarse del conocimiento y el entendimiento del Reino venidero.
      Por otra parte, Lázaro, representa a los gentiles que arrebatan cada migaja de verdad y viven por ella.  Lázaro y el hombre rico es una condena de nuestra opulencia y nuestra desgana de seguir la verdad de las escrituras como debiéramos.  Generalmente, las naciones civilizadas en el Hemisferio Norte y en Europa tienen todas las ventajas de las verdades de Yahweh.  Pero nosotros ignoramos las lecciones y en su lugar escogemos satisfacer deseos carnales.  Cometemos adulterio espiritual asociándonos con el mundo.
      Las 10 tribus norteñas de Israel han sido llevadas cautivas pero Judah, junto con parte de la tribu de Benjamín y los sacerdotes de Leví, fueron dejadas en Jerusalem.  Fue a Judah a quien le fue dado el cetro y quedó en herencia del reino, de acuerdo a las promesas de Yahweh.  Eran los Judíos quienes tenían las Escrituras del Antiguo Testamento y tenían las promesas dadas a ellos.  Era su deber compartir éstas con otros y no quedarse con todas las bendiciones para ellos mismos.  De esta manera, ellos son descritos como vestidos en ropa regia y cenando suntuosamente cada día.
     
Lo que la Parábola nos Dice a Nosotros

      ¿Abraham está en el cielo?  ¿Es esta parábola otra manera de decirnos que después de todo, Lázaro sí fue al cielo?  Yahshua dijo; “Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el hijo del Hombre,”  Juan 3:13.
      El Salvador es llamado “el primogénito de los muertos” en Apocalipsis 1:5.  Si Él es el primero en ser levantado de entre los muertos, ningunas de las personas del Antiguo Testamento podían haber sido levantados antes que Él, ¿verdad?  Pero a ellos les fue prometida vida eterna. 
      Dos veces en el “Quien es Quien” de los justos patriarcas y profetas de Hebreos 11, leemos que ellos murieron —sin haber recibido la promesa, versos 13 y 39.  A Abraham y a los otros se les ha asegurado un lugar en el Reino aunque será cuando los muertos sean levantados en la segunda venida del Mesías, 1 Corintios 15:52, Juan 13:28-29.
      Cuando usted muere su pensar y su conciencia de todo cesa Salmos 5:5. “Pero los muertos  nada saben,” encontramos en Eclesiastés 9:5, “porque en el sepulcro, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría,” verso 10.
      La parábola de Lázaro y el hombre rico muestra que nosotros no podemos ser presumidos y regocijarnos en nuestras propias vanidades.  Debemos ser un viviente ejemplo de la Palabra de Yahweh, alcanzando a otros para compartir la gloriosa Buena Nueva del Reino venidero y la parte que el hombre puede tener en él.
      Este cuento puede ser mejor llamado la Parábola de los Seis Hermanos —siendo seis el número del hombre con su punto de vista carnal
      La lección es: mire más allá de esta vida.  Mire hacia Yahshua el Mesías. Persiga metas espirituales que traen vida eterna.  “Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos,” Mateo 19:17.

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