Una Cuestión de Muerte y Vida

 

 

¿Nosotros verdaderamente morimos cuando fallecemos o viven nuestras almas en felicidad celestial mientras que nuestros seres queridos nos lamentan acá abajo en la tierra?

     La mayor parte de mi vida temprana había sido molestado por una inoportuna pregunta.  Si cuando morimos nuestras almas son llevadas a una alegre eternidad en el cielo, ¿por qué entonces tanto duelo en los funerales?
      Si la enseñanza popular y creencia es que el hombre tiene un alma inmortal, ¿por qué entonces los ministros hablan de “muerte” cuando administran la última o extrema unción?
      Y si nuestra alma vive después que morimos, ¿cuál es el punto de la resurrección de los “muertos”, de la que habla la Biblia?
      Oímos a las personas decir que el buen Viejo tío Ben ha muerto.  ¿En realidad Ben está muerto?  O vamos a su funeral sólo para lamentar su cuerpo muerto, mientras que nuestro tío vive rodando por todo el cielo, tocando su arpa y probando la aerodinámica de sus alas?
      Ahí está, serenamente relajado, sostenido por un brazo mientras se asoma sobre el borde de una nube y sonríe hacia abajo a aquellos que tristemente están cargando su cadáver en un ataúd.  O por lo menos eso es lo que muchos piensan.  Ellos quieren creer que los muertos en realidad no se han ido, simplemente ya no podemos verlos.
      Reconozcámoslo, a la mayoría de las personas no les gusta hablar sobre este tema.  Ellos están muy en el presente: muy ocupados tratando de progresar, criar una familia, obteniendo una promoción, trabajando para el retiro —buscando el deleite de la vida.  La seriedad del tema es una carga pesada en la conciencia, y preferiríamos que no se nos recuerde nuestra mortalidad.
      La filosofía es, ¿por qué preocuparnos acerca de eso?  Simplemente viva una vida decente, sea un ciudadano honesto haga su parte, y al final todo saldrá bien.  Usted llegará al cielo, creen ellos.  ¿Pero es eso verdad?

Eterna Creencia de Inmortalidad
      El hombre siempre ha querido ser inmortal, vivir eternamente, desde que Lucifer sembró la noción en la cabeza de Eva.  Por sus creencias de que ellos poseen almas inmortales, las personas quieren negar que Yahweh puede acarrear pena de muerte por sus pecados.
      Yahweh le dijo a Adam y a Eva: No coman del árbol o morirán.  Pero en efecto el hombre dice, “No, yo no moriré, (la Serpiente así lo ha dicho). Yo tengo un alma inmortal.  Cuando yo muera iré directo al cielo.”
      La inmortalidad del alma no es algo único del Cristianismo.  Es una creencia perpetua de muchas culturas.
      Los libros sagrados de los hindúes hablan de la inmortalidad personal y responsabilidad individual después de la muerte.
      Los Chinos dicen que cuando una persona muere regresa a su familia.  Confucio dijo que a los espíritus de los buenos se les permite visitar sus antiguas habitaciones en la tierra.
      Los Egipcios reconocieron un lugar de morada para los muertos como también un futuro juicio por la gran deidad Osiris.  Osiris envía a los justos a morar con el dios de luz y a los malvados a regiones de oscuridad.
      Los Egipcios ligaron la idea de la inmortalidad a la preservación del cuerpo muerto como una condición de la continuación de vida del alma.  Es por eso que ellos pasaban tanto trabajo para preservar los cuerpos a través de la momificación.
      Pero fueron los paganos griegos quienes le dieron a la doctrina moderna su forma y sustancia.  En los escritos de Platón encontramos que el cuerpo es obsceno y corruptible, mientras que el alma es inmortal, eterna, y esencialmente infalible.  El alma está atrapada en el cuerpo hasta la muerte cuando es liberada.  Por lo menos, esa es la noción del hombre.

Alma No Perpetua
      ¿Es el hombre un ser dual con un cuerpo físico y un alma inmortal?
      Horroroso como pueda ser, la doctrina de un alma inmortal es extraña a Las Escrituras.  No está en el Antiguo Testamento, y no fue enseñada por Yahshua y sus discípulos.
      “Pero”, pregunta usted, “no habla la Biblia de almas?”  Si muchas veces, pero las palabras “inmortal” y “alma” nunca se encuentran juntas en las Escrituras.
      “¿Y qué de Mateo 10:28? ¿No dijo el Salvador que no temieran a aquellos que no pueden matar el alma?” pregunta usted.  Favor de leer el RESTO del pasaje.  “Temed más bien e aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno [guehena]”
      De la propia boca del Salvador aprendemos que el alma puede ser destruida y por lo tanto no es inmortal.  “Alma” es el griego psujé y significa espíritu o vida.  “El alma que pecare, esa morirá,”  Ezequiel 18:4, 20.  La palabra alma aquí es el hebreo néfesh y es comparable al griego psujé.
      El Salvador aun dijo que Su propia alma (psujé) podía morir:  “Mi alma está muy triste, hasta la muerte,” Mateo 26:38.

Cada Pasaje Examinado
      Apliquemos una simple prueba para ver si hay inmortalidad residiendo en seres humanos. Examinaremos cada pasaje donde ocurren “inmortal” e “inmortalidad”.
      La palabra “inmortal” ocurre sólo una vez, 1 Timoteo 1:17, refiriéndose a Yahweh.  “Por lo tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Elohim”, es el único caso donde la palabra inmortal aparece en Escritura y se aplica a Yahweh.  Aquí, no encontramos referencia alguna hacia el hombre, de ninguna manera.
      La palabra “inmortalidad” sólo se encuentra cinco veces en toda la Biblia.
      Una se encuentra en 1 Timoteo 6:16.  El verso 15 lee: “La cual a Su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano.  Rey de reyes, Gobernante de gobernantes, el Único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver.”  De Nuevo esto se refiere a Yahweh Mismo.  Nada sobre el hombre aquí.
      Otra aparición de inmortalidad es en 2 Timoteo 1:10: “Pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Yahshua el Mesías, el cual quitó la muerte y sacó a luz la Vida y la inmortalidad por el Evangelio.”  Yahshua demostró en Sí mismo lo que se quiere decir con inmortalidad en la Biblia.

Un Cambio en Nuestros Cuerpos
      ¿Por qué en el ocaso del día 14, después de haber sucumbido a la espada del soldado romano, no vemos a Yahshua inmediatamente en gloria en el cielo?  Porque como hombre El no tenía inmortalidad!
      Yahshua estuvo muerto en el sepulcro.  Fue sepultado en la tumba de José de Arimatea y tuvo que ser levantado de entre los muertos tres días después para no morir más porque fue resucitado como el primogénito los que durmieron.  Esto significa que otros le seguirían —de igual manera— en la “cosecha” general de los fieles.  Ellos también deben morir y entonces ser activamente resucitados en el toque de la última trompeta (1 Tes 4:16).
      Solo a través de Su resurrección es que “la muerte no se enseñorea más de él”  Romanos 6:9.
      En Apocalipsis 1:18 oímos a Yahshua Mismo proclamando que él había muerto.  La palabra griega es nekrós y sin un artículo denota personas que una vez estuvieron vivas pero que ahora no están vivas —son PERSONAS muertas en vez de CUERPOS muertos.
      Ahora observe.  Tres días más tarde, después de Su resurrección, las mujeres fueron a Su tumba pero no encontraron el cuerpo del Salvador.  ¿Por qué no?  Porque la resurrección incluye un cambio en el CUERPO a sustancia inmortal.
      El profeta Isaías escribe de la resurrección: “Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán,” 26:19.
      Si usted todavía puede ver un cadáver en un ataúd, o los huesos, o aun sólo polvo esté seguro de que esa persona todavía está muerta y no ha sido resucitada.  Cuando las mujeres fueron a la tumba de Yahshua después de Su resurrección, el cuerpo mismo estaba ausente.  Pablo en 1 Corintios 15 nos muestra que nosotros seremos resucitados en la misma manera que lo fue Yahshua.
      Observe también: “El cual transformará [Mesías] el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya…”  Filipenses 3:21.
      En realidad, ninguna persona será resucitada de entre los muertos hasta el regreso de Yahshua, 1 Tesalonicenses 4:16.

Inmortalidad y Humanos
      En Romanos 2:7 hay otro caso de “inmortalidad.”  En este pasaje investigamos la inmortalidad como se relaciona con el hombre. 
      El verso 6 nos dice que Yahweh pagará a cada hombre conforme a sus obras.  Leemos en el verso 7: “Vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad.”  ¿Por qué buscar inmortalidad y vida eterna si ya la poseemos?
      Aquí hay absoluta justicia basada en nuestra propia actitud hacia la verdad y nuestra buena voluntad de seguirla sin importar nada.  Aquellos que se sujetan a la voluntad de Yahweh y sus leyes serán premiados con inmortalidad.
      ¿Cuándo es que los justos reciben su premio de inmortalidad?  Los versos 10-16 muestran que será en el juicio de Yahshua —cuando él regrese.
      De Nuevo, favor de notar esta verdad: la inmortalidad es algo que debemos “buscar”;  no es algo que ya tenemos.  Y las Escrituras dicen que no a todo ser humano se le dará inmortalidad.  Algunos que han “pecado sin ley, sin ley también perecerán.”  No hay una salvación universal.
      Yahshua dijo, “No todo el que me dice: Rabí, Rabí, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos,” Mateo 7:21.  La voluntad del Padre es Su ley, Salmos 40:8.
      Los últimos dos lugares donde encontramos la palabra “inmortalidad” están en 1 Corintios 15, el capítulo de la resurrección.
      “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles y nosotros seremos transformados.  Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita:  Sorbida es la muerte en victoria,” versos 51-54.
    El enfoque aquí es en la resurrección del cuerpo.  Pablo escribe en el verso 44 que hay un cuerpo natural y un cuerpo espiritual.
      La inmortalidad implica ponerse algo, no perpetuarse.  Lo natural y lo espiritual no coexisten.  Lo espiritual debe ser sobrepuesto, lo cual requiere un acto dinámico fuera de nosotros para lograr tal cambio sobrenatural.  Nosotros los humanos no poseemos el poder para hacerlo en y por nosotros mismos.  “¿Qué hombre vivirá y no verá muerte?  ¿Librará su vida del poder del sepulcro?  Salmos 89:48.
      La vida eterna no es un atributo natural integrado que automáticamente cobra vida después de la muerte.  Sólo el poder de Yahweh puede efectuarlo.
      A través del poder del Espíritu Santo aquellos que murieron fieles a la Alianza serán resucitados a vida.  Hebreos 5:9 lee, “Vino a ser Autor de eterna salvación para todos los que le obedecen.”
      Ese Espíritu Santo que Su pueblo poseía a causa de su obediencia al morir (Hechos 5:32), los halará como un imán del sepulcro.
 
Muerte Como en un Sueño Profundo
      Diferente a las creencias paganas, usted no puede encontrar en ningún lado en la Escritura donde la muerte sea una puerta automática a otra vida.
      Los siguientes pasajes revelan que toda conciencia cesa al morir.
      “Porque en la muerte no hay memoria de ti; en el sepulcro, ¿quién te alabará?” Salmos 6:5.
     “Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; en ese mismo día perecen sus pensamientos,”  Salmos 146:4.
      “Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben,” Eclesiastés 9:5.
 
Morir es comparado al dormir:
      “Porque ahora dormiré en el polvo, y si me buscares de mañana, ya no existiré,” Job 7:21.
      Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua,” Daniel 12:2.
      “Y [Esteban] puesto de rodillas, clamó a gran voz: Maestro, no les tomes en cuenta este pecado.  Y habiendo dicho esto, durmió’,” Hechos 7:60.
      “Porque a la verdad David, habiendo servido a su propia generación según la voluntad de Elohim, durmió, y fue reunido con sus padres, y vio corrupción,” Hechos 13:36.
      Pablo llama a Yahshua el Mesías resucitado la primicia de aquellos que durmieron —y luego los que son del Mesías en Su venida, 1 Corintios 15: 20, 23.
    
Enoc, Elías, y Lázaro, ¿Vivos en el Cielo?
      ¿Qué de Enoc?  ¿No fue él al cielo?  ¿No dice Hebreos 11:5 que Enoc fue “traspuesto” para no ver muerte? 
      La palabra “traspuesto” es del griego metatidsemi, y significa trasladar.  Yahweh simplemente lo traslado a un lugar diferente porque Hebreos 11:13 nos dice que Enoc murió, junto con Abraham, Isaac, Jacob, y una multitud de otros —sin haber recibido las promesas de vida eterna, verso 13.
      El tiempo es futuro condicional, que el “no morirá” (significando la segunda muerte del juicio).
      ¿Qué de Elías en 2 Reyes 2:9-11? ¿No fue llevado al cielo por un carro de fuego con caballos de fuego?
      Si él lo fue, entonces evidentemente el Servicio de Correos tiene una oficina en el cielo, porque aquí en 2 Crónicas 21:12 llegó una carta de Elías —llegando años después de haber sido traspuesto.
      En realidad, él estuvo de nuevo en la tierra después de su ascensión, escribiéndole al Rey Yoram y diciéndole que por su mala conducta él iba a ser castigado
      Finalmente vaya a Lucas 16 —la parábola de Lázaro y el hombre rico.  Este es el texto mas citado en Internet para mostrar el estado viviente de los muertos.
      Lo que muchos no se dan cuenta es que esto es una parábola, usada para ilustrar un punto.  Yahshua está hablando con los Fariseos, la nación de Judá, ilustrada por el hombre rico que vestía y comía bien.  Ellos tienen todos los recursos e historia para saber la verdad, pero la rechazan.
      Los gentiles conversos son representados por Lázaro el mendigo, que vive por cualquier migaja de verdad que se le dé y es así premiado al final.
      En cuanto a las imágenes, encontramos a Lázaro muerto y sepultado.  “El Seno de Abraham” es una expresión idiomática que significa que él se unió a Abraham y a los otros antepasados muertos en el sepulcro.  Abraham no estaba en el cielo porque hemos mostrado que Hebreos 11:13 dice que Abraham y otros también “conforme a la fe murieron todos estos sin haber recibido lo prometido.”
      Los versos 22-23 dicen: “…y murió también el rico, y fue sepultado; y en el infierno alzó sus ojos…”  Las versiones Vulgata y Siria excluyen parte de esto y simplemente dicen: “y  fue sepultado en el Hades.”  Hades es el sepulcro.
      Dése cuenta de que esto es una parábola.  Yahshua presenta vivos a estos hombres muertos para probar un punto —que Judá puede ser excluida de las promesas, sólo para descubrir después que es muy tarde.
      La lengua del hombre rico está seca por su ansiedad y él quiere una gota de agua.  (Si él está en el fuego del infierno, ¿por qué no pedir una INUNDACION de agua?)
      La esencia de la parábola es que no hay arrepentimiento después de la  muerte.  Una vez que morimos, es demasiado tarde.  Salmos 88:10 pregunta, “¿manifestarás tus maravillas a los muertos?  ¿Se levantarán los muertos para alabarte?

No Muchos Quieren Obedecer
      La mayoría de las personas no quieren al Padre Celestial.  Ellos quieren a un abuelo celestial, un Ser bueno y senil cuyo plan para el hombre consiste en simplemente decir en el análisis final, “Todos pasaron un buen tiempo.”
      Cuantas veces en cuestiones de obediencia la gente escoge enfocarse en la gracia de Yahweh y se olvidan de Sus muchos otros atributos tales como Su rápida justicia, Su intolerancia hacia el pecado, y Su pronta venidera erradicación de la maldad y de los hacedores de maldad de este planeta?
      Que usted sea encontrado digno de reinar con el Mesías Yahshua cuando él regrese a establecer Su Reino en la tierra, y los hombres por todas partes encontrarán por fin verdadera felicidad y paz a través de la obediencia a su Creador.

© 2007 Yahweh’s Assembly in Yahshua

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